Han pasado ya 25 años desde que un empresario allerano decidió diversificar su negocio y convertir una abandonada parcela municipal en el pueblo de La Raya, en los límites con el puerto leonés de San Isidro, en el primer camping de las comarcas mineras. Tras salvar numerosos obstáculos, logró un contrato de concesión por 25 años de la finca en la que ahora se asientan las instalaciones. En dicho documento se recoge el pago de un canon anual de 93.000 pesetas -actualizado hoy a 1.500 euros- y la posibilidad de renovar dicha concesión una sola vez por un máximo de 25 años.



Fue una apuesta arriesgada por un turismo emergente como era el de la nieve y que el paso del tiempo ha demostrado ha sido muy rentable. Por eso, este empresario hace valer su contrato y pretende renovar la concesión. El Ayuntamiento allerano, con disparidad de opiniones sobre este asunto, tiene que decidir mañana si ratifica la prórroga de dicho contrato de concesión. Y está por determinar por cuánto tiempo y por qué cantidad.

Según expuso ayer el portavoz de Foro Asturias, Pablo González, su grupo propondrá al Pleno que, «ante el riesgo de que no se conceda la prórroga, quede un solar sin actividad y varias familias alleranas en el paro, el plazo de concesión no exceda los 10 años».

Otra de sus propuestas es que el pago del canon se actualice y alcance los 6.000 euros anuales, una cifra similar a la del alquiler del albergue municipal de Felechosa. Pasado dicho tiempo, el terreno podría salir a concurso público. En este sentido, un grupo de empresarios ya ha manifestado su intención de gestionar también un camping.

En el caso de que dicha prórroga no sea aprobada -como pretende el Partido Popular-, el Ayuntamiento de Aller tendrá que indemnizar al empresario, puesto que las instalaciones son de su propiedad. Si tuviese que abandonar la parcela, podría llevárselas todas consigo al no figurar en el contrato que las mejoras tengan que revertir al Consistorio.

Recurso

Este promotor allerano ya ha presentado un recurso, puesto que la Corporación municipal decidió, por unanimidad, rechazar en septiembre la prórroga del arrendamiento por una serie de irregularidades que han sido subsanadas. Este asunto se volverá a tratar mañana en sesión plenaria. El empresario es propietario de las instalaciones desde 1986, cuando firmó un contrato para arrendar el terreno, de propiedad municipal. El acuerdo con el Ayuntamiento de Aller, que finalizó en septiembre, podría prorrogarse otros 25 años mañana jueves.